El sábado amaneció con el día típico para acudir a pescar al rió y coincidiendo que el viernes se abrió la temporada de trucha un compañero y yo fuimos a probar suerte. Comenzamos a pescar a cebo pero no veíamos que daba muy buenos resultados a si que cambiamos de arte y viendo como estaba el agua cambiamos a cucharilla y a caminar. Las picadas no se hicieron de esperar las truchas estaban activas, y poco a poco fueron saliendo, no paraba de orbayar y las condiciones y la temperatura fueron idóneas Uno de esos días que crean afición.
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